Posted by : Vaig a Peu martes, 3 de abril de 2018

La levada do Caldeirão Verde, impresionante obra de arte construida en el siglo XVIII, comienza en el lecho principal de la Ribeira do Caldeirão Verde y, atravesando abruptas escarpas y montañas, transportará el agua que discurre desde las más altas montañas de la isla de Madeira al regadío de los terrenos agrícolas de la pedanía de Faial.  Esta levada para fines de uso agrícola constituye una importante vía de penetración peatonal en el interior del valle profundo de la Ribeira de São Jorge y ofrece al caminante una vertiginosa y espectacular visión de la orografía del interior de la isla y la posibilidad de pasar por túneles excavados en la roca a fuerza de brazos. En el Parque Forestal de Queimadas se encuentra el refugio (Casa de Abrigo) de Queimadas, que mantiene las características originales de las casas típicas de Santana; presenta un espectacular tejado de paja. Cabe destacar los excelentes ejemplares de cedros japoneses elegantes (Cryptomeria japonica), las hayas europeas (Fagus sylvatica) de denso follaje rojizo, los cedros de Madeira (Juniperus cedrus), til (Ocotea foetens), palo blanco (Picconia excelsa), brezos centenarios (Erica scoparia), algunos ejemplares de cletra (Clethra arborea)y uva de monte (Vaccinium padifolium), que podrán contemplarse a lo largo de la ruta de senderismo.  Las especies de avifauna autóctona que podemos avistar van desde el pinzón común (Fringilla coelebs), el reyezuelo listado de Madeira (Regulus ignicapillus madeirensis), la paloma torcaz (Columba trocaz trocaz), la lavandera cascadeña de Madeira (Motacilla cinerea schmitzi) y el ratonero común de Madeira (Buteo buteo harteti).  Todavía cerca del Parque de Queimadas, podemos avistar a lo lejos un pequeño núcleo de población: se trata de Achada do Marques, lugar declarado Paisaje Protegido que se caracteriza por las tradicionales terrazas agrícolas y antiguos pajares de piedra.  Después de pasar por los 4 túneles que existen a lo largo del recorrido, Caldeirão Verde surge a la izquierda de la levada y, para llegar a él, basta subir algunos metros por el lecho del río.  El lago de Caldeirão Verde está formado por el agua que se proyecta verticalmente del lecho del río de Caldeirão Verde a una altura de aproximadamente 100 metros.
COMPONENTES: MONERRIS, LETI, INMA, ALICIA, MARA, SUSI, PACO Y VICENTE.
ITINERARIO: AS QUEIMADAS / CASCADA-1 / CASCADA-2 / TÚNEL-1 / TÚNEL-2 / TÚNEL-3 / TÚNEL-4 / CALDEIRÃO VERDE / REGRESO A AS QUEIMADAS.







LA RUTA: Hoy salimos muy puntuales, haremos la ruta del Cadeirão Verde desde el Parque Forestal de As Queimadas, al norte de la isla de Madeira, en el municipio de Santana donde luego visitaremos sus típicas casas.











También acordamos ayer cambiar el restaurante de la cena por un típico barecito donde podremos ver el partido de Chanpions del Madrid y al tiempo que degustaremos las mejores manitas de cerdo de la isla.


Tenemos suerte de aparcar a la entrada del parque As Queimadas, una vez dentro es como un cuento de hadas, la Casa de Abrigo de Queimadas mantiene las características originales de las casas típicas de Santana.


Su entorno es como un diminuto jardín botánico de árboles exóticos, con un pequeño estanque donde corre el agua de la levada, en la que chapotean dos hermosos gansos junto casas de madera y paja en miniatura.


El sendero se inicia rodeando el estanque por un ancho camino que va paralelo al estrecho cauce de la levada, entre cedros de Madeira, hayas europeas, tilos, los elegantes cedros japoneses, helechos y abundante vegetación en la ladera.










En el primer recodo nos sorprenden un buen número de impresionantes ejemplares de Criptomerias gigantes, una conífera de gran altura, pero sobre todo una de ellas de tamaño descomunal cuyas ramas forman un grandioso candelabro.


Poco a poco el tamaños de los árboles disminuye al cambiar de especie y variedad, que sin embargo tienen la peculiaridad de formar sobre el camino de tierra, un enmarañado entramado de raíces espectacular.


Entramos de lleno en la densa vegetación de laurisilva, el camino se torna en sendero protegido por piquetas metálicas con cable de acero y el agua que gotea por las paredes tapizadas de musgo se convierte en protagonista.










Llegamos a la primera cascada, aunque realmente es una chorrera vertical preciosa, de varios metros de altitud, cuyas piedras y paredes invadidas por líquenes, helechos y musgos, rezuman humedad por todos los costados.









La exuberante vegetación nos impide ver la profundidad del barranco, la levada surca la ladera a media altura siguiendo el sinuoso trazado de la montaña. La espesura es tal que solo vemos las retorcidas ramas que buscan la luz sobre nuestras cabezas.


Vienen nuevos tramos con menos humedad, de sendero ancho sin vegetación agobiante, pero con laureles y tilos de troncos enroscados que siguen formando un especie de túnel bajo el que caminamos relajados.









Entre algún resquicio del ramaje, llegamos a distinguir en medio de la ladera atestada de vegetación y arboleda, una estrecha cascada que cae por el cauce de una torrentera, un hilo de agua blanca entre el verde intenso.










A medida que nos acercamos va creciendo su tamaño. Es espectacular. No tiene gran caudal ni anchura, pero al caer desde una altura considerable forma una alargada y hermosa cola de caballo que golpea sobre la piedra.


El Bosque de Laurisilva es uno de los ecosistemas naturales más importantes y característicos del archipiélago de Madeira. Este bosque húmedo subtropical está incluido como máxima reserva en el Parque Natural de Madeira.


Pasamos por una zona tremendamente húmeda, el agua cae, resbala o salpica las plantas. Atravesamos pequeñas cortinas de agua procurando no mojarnos, y varias chorreras precipitan sus aguas ladera abajo.











Arribamos al primer túnel excavado en las rocas a fuerza de brazos para permitir el paso de la levada. Es de poca longitud, y tampoco mucha altura, la levada siempre queda a la izquierda. Nos colocamos los frontales.










Proseguimos por otra zona bastante húmeda y más adelante dejamos por la derecha un desvío a Ilha, según indica un poste informativo. Nos extraña ver un gato sobre las musgosas piedras en el cruce del camino.


Enseguida viene el segundo túnel, mucho más largo que el anterior y aunque se ve la luz al final del túnel, no hay que confiarse y encender el frontal. La levada está protegida por un muro más alto, pero hay zonas encharcadas.


El tercer túnel es el más largo y tortuoso de todos no se ve la luz del final , hace varias curvas y en alguna zona existe el peligro de golpearte la cabeza con las rocas. Sin embargo tiene una ventana al vacío con unas vistas excepcionales.










El cuarto y último es el más corto de todos y el único que quizás no necesitemos la luz. A la salida de los túneles siempre tenemos la opción de asomarnos al tremendo paisaje de laurisilva que nos rodea. Majestuoso.


Posteriormente viene una zona de paredes rocosas con menor vegetación, lo cual se convierte en un prolongado mirador que nos ofrece generosas vistas a las montañas, estrechos valles y barrancos con infinitos matices de color verde.


Pronto tenemos grandiosas miradas al curso del arroyo que forma la cascada del Cãldeirao Verde, precipitarse barranco abajo desde las altas montañas. Tenemos un desvío que nos sube hasta la poza de la cascada.


La levada continúa hacia Caldeirão do Inferno, pero hay que seguir, dejando el desvío a la derecha y subir por el sendero empedrado entre grandes rocas. La afluencia de gente en los alrededores nos confirma que hemos llegado.














El Caldeirão Verde es un lugar espectacular, como de recogimiento, si no hay mucha gente pareces estar solo, meditando. Tiene una belleza singular, el hilo de la cascada que cae desde más de 100 metros, y su poza de aguas verdes.










Si miramos hacia el cielo, vemos que estamos encerrados dentro de un caldero por el que solo entra la luz desde arriba. Una maravilla de la naturaleza.  Nos posesionamos cerca de la poza para tomarnos extasiados nuestro picnic.










Vamos haciendo las últimas fotos a los pequeños detalles, y desde otros ángulos a la cortina de agua de la cascada. Comenzamos a salir del Caldeirão Verde con nostalgia. El regreso lo hacemos por el mismo camino.










En la vuelta nos entretenemos menos con los detalles del recorrido, y en los cuatro túneles, como ya tenemos experiencia, sabemos donde tenemos que agachar la cabeza para no golpearnos con las rocas o esquivar los charcos.


Contemplamos de nuevo las cascadas y las chorreras; hacemos una relajada foto del grupo, y  marchamos por el camino de tierra enmarañado de raíces hasta el estanque de la entrada, donde cerramos la ruta.


Con la furgo nos vamos hasta el pueblo de Santana donde tomamos un café y unos bizcochos; luego paseamos por las bonitas casas con techo de paja, típicas de la zona. Las están acicalando para la temporada fuerte de turismo.


Nos da tiempo a ducharnos y descansar. Salimos pronto a cenar en el barecito que hemos reservado para degustar las mejores manitas de cerdo (trotadores de porco) de la isla. Vemos ganar al Madrid en un buen ambiente.
DEBIDO A TENER QUE PASAR POR 4 TÚNELES Y MARCHAR PEGADOS A LAS PAREDES, LA SEÑAL DEL GPS HA SIDO DEFECTUOSA, PERO EL TRACK HA SIDO RECTIFICADO MANUALMENTE. LOS DATOS CORRECTOS SON LOS SIGUIENTES:
RECORRIDO: LINEAL, IDA Y VUELTA.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 14,8 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 04:40 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 980 M. (Caldeirão Verde)
ALTURA MÍNIMA: 890 M. ( As Queimadas)
DESNIVEL POSITIVO: 120 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 120 M.
DIFICULTAD: MODERADA.

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