Posted by : Vaig a Peu sábado, 30 de mayo de 2015

El enebro (Juniperus Communis) es un arbusto común en la península y en parte de Europa, y por ello es conocido por todos los pueblos que la habitan: Junípero, grojo, enebro real, archenas, enebro espinoso, enebro morisquillo, enebro albar, enebriza, enebrosa. En catalán Ginebra, ginebre ver, genebre mascle, ginebre negral,  ginebrer, ginebrera. En valenciano y baleares: Ginebró. En vasco: Orre-Ipurua, larraon, orre, orri, arabolata, agintza, ajinteka, junpuru, unpuru, epuru, ipuru, ipurka, ijiñebre, iñibre. En Aragón: Ginebro real, grojo. En gallego: Zimero. Nombre vulgar: Nebro. En francés: Genièvre. En holandés: Genever. De todos estos nombre se derivó la palabra  ginebra, una bebida alcohólica aromatizada con la baya del Junípero. Es común en terrenos pedregosos y en bosques montañosos de toda Europa. Naturalizado en el continente americano. Este arbusto es de la familia de las Cupresáceas  y que alcanza de 1 a 3 metros de altura. Sus hojas son perennes, cortas y punzantes. Sus frutos, las enebrinas, son unas bolitas de color azul o negro, de sabor dulce y resinoso. El Enebro crece con facilidad en las regiones septentrionales, con clima templado, pero necesita un terreno calcáreo y bien soleado. Su baya se produce sólo en la planta femenina de la familia de las Cupresáceas. Se recogen en otoño, después de una maduración de 3 años. Son de color negro-azul cuando están maduras y tienen un diámetro de 7-10 mm, siendo fácilmente triturables. Las plantas pueden existir con matas o con árboles. La baya de enebro es conocida, sobre todo, porque tiene un sabor particular, tiene un gusto dulce y aromático. Es una especia común en la cocina europea septentrional. Conocido ya desde tiempos bíblicos, la baya y las hojas se usaban como tratamiento contra la peste y la mordedura de serpientes. Usado para aromatizar las carnes oscuras de animales de caza, como la del ciervo, pichón salvaje y jabalí. El enebro se combina muy bien con el cerdo y con muchas comidas invernales como el estofado. Es un ingrediente importante en el paté de carnes de animales salvajes y se combina bien con los rellenos a base de castañas y frutas, y con las verduras de la familia del repollo. Una gelatina de manzanas al enebro, la tradicional gelatina de grosellas que acompañan el cordero y las carnes de caza. Es también usado en la preparación de gin y otros licores amargos.
CÓMO LLEGAR: Por la autovía E-15 A-7 hasta Murcia capital,  tomar dirección Granada con salida en Alhama de Murcia. Por el centro del pueblo en dirección al Parque Regional de Sierra Espuña,  por la C-3315 dirección Pliego. Una vez pasado el cruce que va a la Fuente del Hilo y a la Perdiz, continuar durante 14,2 km por la misma carretera, para tomar una pista en buen estado que comienza a la izquierda (Pista Forestal de las Fuentes. GR-252), y que en otros 5,4 km nos dejará en la Casa de la Muela. Hay sitio para aparcar.
ITINERARIO: INICIO / DEJAR GR / PUERTA / TORRE DE OBRA / ENLACE PISTA / IZQ.-CADENA / SENDA TUBERÍA / COLLADO / PIEDRA DEL ALMIREZ / COLLADO / PICO PERONA / BCO. DE LA HOZ / CUEVA-1 / CUEVA-2 / SALIDA BCO. / FINAL.
COMPONENTES: VICENTE.

LA RUTA: Nueva incursión en el Parque Natural de Sierra Espuña. Esta vez indagando en su zona norte, quizás, la menos conocida y por lo tanto la menos visitada. Lejos de las grandes alturas, subiremos dos picos y regresaremos por el Barranco de la Hoz, cuyo intrincado cauce es espectacular.

Iniciamos siguiendo la pista forestal de las Fuentes por la derecha, que en este tramo coincide con el GR-252. Una peana nos muestra detalladamente el paisaje que estamos observando y cuyos puntos de referencia nos son casi desconocidos, eso sí, cubiertos por un manto de pinar inigualable.

Es un recorrido en suave descenso que rodea los recortados enclaves rocosos, donde distinguimos una cueva, en cuya boca hay una higuera. Entre la espesura vemos una estrecha edificación en forma de torre que parecen ser antiguos respiraderos del soterrado Canal del Taibilla, que sigue un curso casi paralelo pero algo más elevado.

El trazado de la pista nos introduce en la Umbría de la Sepultura, haciendo numerosas “eses” hasta llegar el punto más bajo del itinerario, para luego comenzar a remontar moderadamente y salir a la solana, separándonos de la sierra entre bancales de almendros en plena producción.


Más tarde, por la izquierda, junto a un poste con paleta informativa, dejamos la pista principal y el GR-252, por otra pista en buen estado, y en ligero ascenso. Poco después traspasamos una puerta metálica pintada de verde. En esta zona el cantueso blanco crece por doquier, esta variedad es menos aromática que la de nuestras sierras.

La pista termina en un pequeño rellano junto a otra torre respiradero del Canal del Taibilla. Para continuar, debemos situarnos a la puerta de la torre mirando de frente (norte), y bajar un pequeño terraplén, donde enlazamos con una estrecha senda que nos desliza al Barranco de la Sepultura y remonta conectado con otra pista forestal.

Con esta maniobra atajamos un importante tramo de pista forestal. Comenzamos a tener amplias vistas a la Piedra del Almirez, que majestuosa, su peineta caliza, sobresale entre la verde alfombra del pinar y matorral de montaña. Nos cruzamos con algunos ciclistas con el fondo de El Bosque o Cerro de Piedras Blancas.


Desechamos el cruce que por la derecha va a Casas Nuevas, y entramos en los límites de la finca de la Casa de la Hoya del Apurchil, con algunos carteles alertando del peligro de incendio, y siempre a ambos lados del frente, la Piedra del Almirez y El Bosque, cada vez más cercanos.

Por la izquierda, tomamos un camino cerrado con una cadena. Este camino es particular de la finca de la Casa de la Hoya del Apurchil, pero no suele haber restricciones siempre que el comportamiento sea el adecuado. Poco a poco vamos entrando en la umbría de la pineda sin dejar de ascender.


Concluye el camino en un pequeño claro entre pinos, donde hay arriba de uno de ellos, una plataforma para la observación de aves. Frente a ella, se inicia un estrecho sendero, que metido entre el bosque de pinos, sube con fuerte pendiente junto a la tubería de la Fuente Perona. Es un trecho algo incomodo.


Salimos a una pedrera despejada, donde dejamos la tubería y continuamos por la izquierda, siguiendo unos mojones que van reafirmando una incipiente senda. Metidos de nuevo entre el manto boscoso, y a medida que vamos subiendo, entre el ramaje, echamos miradas a la portentosa e inclinada pared caliza de la Piedra del Almirez.


El sendero se recrea serpenteando y buscando el mejor paso hasta el collado con vistas cada vez más cercanas al pico. Una vez alcanzado, seguimos por la izquierda hasta un gran mojón de piedras donde me hago uno foto automática. Este es el punto para la gente que no quiere trepar a la cima.

Pese a ir solo, me acerco a indagar la escalada y, por la izquierda del diedro, me parece factible superar los cuatro metros del IIIº. Tomando muchas precauciones y buscando buenos agarres y apoyos, logro acceder a la cumbre.  Pico Piedra del Almirez (1.071 m.) Las vistas son de 360º.

Es un espacio reducido en el que permanezco poco tiempo, el suficiente para hacer unas fotos a la cuerda del Perona, a la umbría de El Bosque, el valle de Casas Nuevas y la sierra de Ponce. Destrepo exactamente por el mismo sitio. Una vez en el collado, no me siento muy contento de lo que acabo de hacer al ir en solitario.

Proseguimos de frente, tomando la cuerda de la sierra que nos llevará al Perona. No es una senda definida pero sí intuitiva, superando poco a poco el desnivel de la loma. Mirando hacia atrás, veo a dos personas al pie de la Piedra del Almirez, una de ellas intentando la trepada por un sitio distinto al mío.


Pico Perona (1.191 m.) y máxima altitud de hoy. Casi al mismo tiempo acaba de llegar Fran, fjtomas en Wikiloc, agradable persona que está retomando el senderismo y que viene desde el Collado Mangueta. Me advierte que se ha llevado un buen susto al principio del Barranco de la Hoz, con un jabalí y sus jabatos, y luego con unas colmenas.

Comprobamos que mi regreso no toca esa zona y tras el almuerzo nos despedimos. Desde el punto geodésico caminamos unos cuatrocientos metros hacia el Este por el lomo de la sierra para girar a la derecha (sur), donde comienza un vertiginoso descenso por la solana de cerro Perona.

Inicialmente no hay una senda definida ni marcada por mojones de piedras, esta pronunciada y larga bajada  se realiza por un terreno muy pedregoso y poco estable, por lo que habrá que afrontarla extremando el cuidado y tomándonos el tiempo necesario para bajarla con seguridad.

El Barranco de la Hoz nace a 1.446 metros de altitud en el collado Eleuterio.  Este cañón está considerado como zona de conservación prioritaria del Parque Regional de Sierra Espuña, la de más alta protección por sus grandes valores naturales, especialmente de fauna, flora y formaciones geológicas

Una vez alcanzado el lecho del barranco, tenemos que seguir su curso por la izquierda. La primavera está en pleno apogeo y las adelfas inundan de color rosado el cauce; que junto con algunos pinos, pequeñas sabinas, zarzas y abundante matorral forman una espesa vegetación.


Pronto tenemos el primer obstáculo a salvar, una doble presa construida para amortiguar el fuerte desnivel del barranco, aliviando la enérgica caída del agua en las lluvias torrenciales. Mejor hacerlo por la derecha, aprovechando el ángulo irregular que forma la obra con las rocas del cauce.


De nuevo en el lecho, el paisaje ha cambiado, se  vuelve rocoso y abrupto, con angostos pasos inclinados y pequeños saltos que traspasamos. Es quizás la zona más salvaje y donde más escollos tenemos que salvar. El siguiente paso a vencer es una enorme roca que obstruye el cauce.


El recorrido del curso del barranco es un constante zigzaguear; ahora viene una zona más encajonada, las altas paredes calizas se acercan y podemos admirar sus erosionados contornos. En otros tramos es el matorral el que nos impide el paso, menos mal que el ramaje de las adelfas es flexible y no pincha. La señal del GPS va y viene.


Entramos en un sector más diáfano y abierto; las paredes se separan pero el cauce sigue siendo un surco que la vegetación invade constantemente. Es un lugar bonito, en las paredes aparecen abrigos y cavidades. En la base de una muela vemos la entrada de una de las cuevas, algo alejada, a la que decido no subir.


Algo más adelante, en la misma vertiente, distinguimos la boca de otra cueva más grande y a un nivel fácil de superar antes de llegar a ella. No es muy profunda y por los restos de excrementos es utilizada por el ganado. Para bajar resulta algo más complicado, no hay senda, y el humus de las cabras ha hecho crecer un manto de espinos incómodo de traspasar.

Volver al lecho del barranco produce un gran alivio a mis laceradas piernas. El desnivel se apacigua y la travesía es mucho más franca. Tras un recorrido de unos cinco kilómetros harto entretenidos y trabajados, conectamos con la Pista Forestal de las Fuentes y el GR-252, muy cerca de donde tenemos el coche.

Marchamos unos quinientos metros por la izquierda de la pista, cerrando el círculo en la Casa de la Muela. Ha sido una ruta preciosa, en un entorno casi desconocido, para la que recomiendo una buena preparación física y actitud montañera. El Barranco de la Hoz es de una singular belleza.
RECORRIDO: CIRCULAR
AGUA EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 17,4 KM.
TIEMPO: 06:32 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 1.191 M. (El Pico Perona)
ALTURA MÍNIMA: 472 M. (Umbría de la Sepultura)
DESNIVEL POSITIVO: 833 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 833 M.
DIFICULTAD: ALTA.

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